Resurgimiento económico de China



Desde 1949 hasta finales de 1978 durante el liderazgo de Mao Zedong, China asumió los planteamientos del marxismo-leninismo, funcionando como una economía planificada, similar a la Unión Soviética de esa época. Después de la muerte de Mao, en 1976, Deng Xiaoping y los nuevos líderes chinos empezaron a introducir reformas en el sistema económico hacia una economía mixta.

En ese momento se inició una transformación de la agricultura. Se desmantelaron las granjas colectivas y se privatizaron las tierras, hicieron que el comercio con el exterior fuera su principal objetivo. 

La liberalización de precios se abordó de forma progresiva, creando un sistema de precios dual, por el que una parte de la producción estaba sometida a cuotas y precios fijos controlados por el Estado y el resto se regía por el mercado. La liberalización fue ampliándose poco a poco y ya a mediados de los 90 la mayor parte de la producción se regía por el mercado.

A finales de los años 80 y principios de los 90, se inició una estrategia de desarrollo industrial que se focalizó en toda la franja costera, favoreciendo la creación de núcleos industriales exportadores, en los que se ofrecían ventajas a los inversores extranjeros con el fin de facilitar la transferencia tecnológica y de capital. Esta iniciativa se extendió después a otras regiones del país.

En la etapa de los años 90, comienza una etapa de apertura económica con la creación de la Bolsa de Shanghái y se profundiza en la reestructuración y privatización de las empresas estatales con lo que comienza el protagonismo económico de China en el mundo. En este periodo, entre 1990 y 1997 China creció a un ritmo medio del 10% anual.

En la etapa de 1999 a 2010 China ya lidera el crecimiento económico a nivel mundial y se convierte en un gigante. La economía creció un 9,3% de media anual. 

La evolución ha sido vertiginosa. En 1980, la producción agrícola representaba un 36,2% de la producción total, y en este sector trabajaba un 67,9% de la población ocupada. En 2007, el peso de la agricultura en el PIB había caído al 10% y representaba el 41% del empleo. La industria pasó a ser el sector económico más importante en términos de PIB (el 49,2%).

En términos globales, la contribución de China al PIB mundial en 1980 era del 2.32% y en 2018 pasó a ser del 18.72%, siendo en la actualidad la segunda economía mundial en términos de PIB, por detrás de EEUU que ocupa en la actualidad el primer puesto, y con una evolución que podría llegar a ser la primera potencia económica mundial en los próximos años.


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