Impacto económico de la Guerra Civil española.

 La economía española fue gravemente dañada durante la Guerra Civil (1936-1939) y tardó décadas en recuperarse completamente. Tras el fin del conflicto, el país se encontraba en ruinas y la industria y el comercio habían sido gravemente afectados. Además, el país estaba en una situación de aislamiento internacional debido a la dictadura franquista y a la postura de neutralidad que había adoptado durante la Segunda Guerra Mundial.


Para intentar estabilizar la situación, el régimen franquista adoptó una serie de medidas económicas conservadoras. Esto incluyó la devaluación de la moneda, la reducción de los salarios y la reestructuración de la deuda externa. Además, se llevaron a cabo reformas agrarias que sentaron las bases para una mayor modernización y mejora de la productividad en el sector agrícola.

A pesar de estas medidas, la economía española seguía siendo muy pobre y dependiente de la agricultura y el turismo. Muchas personas vivían en la pobreza y el desempleo era alto. Además, la inflación y la escasez de bienes eran problemas comunes durante estos años.

No fue hasta la década de 1960, con la llegada del desarrollismo y el auge del turismo, cuando la economía española empezó a mejorar de manera significativa. El gobierno de Franco impulsó políticas de industrialización y modernización, y se adoptaron medidas para fomentar la inversión extranjera y la exportación. Esto llevó a un aumento del crecimiento económico y a una mayor diversificación y modernización de la industria.

El turismo también se convirtió en un importante motor económico durante estos años. Con la llegada del turismo masivo y el auge de destinos como la Costa del Sol y las Islas Canarias, el sector turístico se convirtió en una importante fuente de divisas y empleo.

Con el tiempo, España se convirtió en una economía más diversificada y competitiva, y su PIB per cápita aumentó significativamente. La inversión extranjera y la exportación se convirtieron en fuentes importantes de crecimiento, y la industria se modernizó y se diversificó.

En 1986, España se incorporó a la Unión Europea, lo que supuso un importante impulso para su economía. La adhesión al mercado único europeo y la llegada de fondos estructurales contribuyeron a un mayor crecimiento.

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